Lecturas infantiles
miércoles, 29 de septiembre de 2010
ASPECTOS METODOLÓGICOS DE LA LECTURA
Lectura Compartida.
Es una estrategia metodológica que se utiliza diariamente con alumnos de los niveles iniciales de aprendizaje de la lectura.
Apunta a ofrecer la oportunidad de vivir una experiencia gratificante de la lectura en voz alta entre un lector competente (Un adulto) y otros niños y niñas. Para realizar la lectura compartida, el docente o un adulto debe:
• Destinar aproximadamente 15 minutos diarios para leer junto a un niño un texto breve y significativo.
• Se pueden utilizan variados tipos de textos o fragmentos de ellos. Estos textos pueden ser poemas, canciones, rimas, adivinanzas, párrafos de cuentos, diálogos, cartas, noticias, etc.
• Crear un ambiente cálido y de confianza para que los niños se sientan estimulados por la lectura de un texto atractivo para ellos.
• Exponer el texto de manera que los niños puedan observarlo y seguir la lectura del adulto.
• Ofrecer a los niños un modelo de lectura fluida y expresiva, mientras se sigue el texto con una regla o con un puntero a medida que se avanza. De esta manera, los niños toman conciencia del orden de izquierda a derecha y establecen una correspondencia entre las palabras escritas y habladas.
• Desarrollar la lectura compartida ofreciendo a los niños instancias de formulación de hipótesis y predicciones sobre el contenido del texto, de lectura en voz alta junto al profesor o profesora (en coro), de comprensión de lo leído y de desarrollo de diversas destrezas: decodificación, identificación de palabras, desarrollo del vocabulario, identificación de signos de puntuación, de aspectos ortográficos, etc.
La Magia de la Lectura
La magia que posee la lectura, es una de las formas de desarrollar la imaginación pues transporta al lector a un espacio imaginario lleno de fantasía, juegos, aventuras, deseos y casi siempre quien lee se identifica con el personaje principal o algún personaje del cuento.
Si observamos a niños leyendo en forma grata, entretenidos es porque se han cautivado con la magia de leer, pero esa motivación no llega sola. Son los adultos, ya sea su profesor, hermanos mayores, padres o un familiar cercano quienes deben motivar a los niños en la primera etapa escolar a leer, mostrarle una variedad de textos, donde puedan elegir, es decir dejarlos a la mano para que cuando ellos decidan puedan tener acceso a ellos sin limitarse a leer en clases, o por que alguien se lo ha pedido. La motivación por leer se debe promover en la primera etapa escolar del niño pues es en ese momento cuando se forman hábitos como el leer cada día, sin duda hay muchos otros factores en el inicio de la lectura, a mi juicio la motivación es el más importante.
Cuentos para el Primer Ciclo.
Un ratón de biblioteca
Pedro parecía un ratón como cualquier otro: le gustaban los escondites, las sombras y los lugares polvorientos. También le gustaba el queso. Huía de los gatos, temía a las personas y desconfiaba de los perros.
Pedro era un ratón normal: tenía una larga cola gris ojos oscuros y brillantes, grandes orejas, finos bigotes y dos largos dientes afilados mucho más grandes que el resto de su dentadura. Era, en fin, un ratón como todos.
Pero Pedro no era un ratón completamente normal. Era un ratón casi normal. Porque había algo muy especial en él, le gustaba leer y estudiar mucho porque vivía en una biblioteca es decir un lugar donde hay muchos libros.
Pedro era un ratón normal: tenía una larga cola gris ojos oscuros y brillantes, grandes orejas, finos bigotes y dos largos dientes afilados mucho más grandes que el resto de su dentadura. Era, en fin, un ratón como todos.
Pero Pedro no era un ratón completamente normal. Era un ratón casi normal. Porque había algo muy especial en él, le gustaba leer y estudiar mucho porque vivía en una biblioteca es decir un lugar donde hay muchos libros.
Las ardillas valientes
Los dos hermanos se habían quedado solos en la casa; los padres habían tenido que salir aquella noche, pero volverían pronto. Como era la primera vez que esto pasaba, creían escuchar ruidos por todas partes pero luego sonreían sabiendo que los ruidos eran parte de su imaginación.
De pronto, se dieron cuenta de que algo pasaba, se asomaron por la ventana y vieron unas sombras humanas con el rostro cubierto, corrieron hacia el patio para ver que era, en eso Yasmina dio un grito que detuvo por un momento a aquellas extrañas personas, al darse cuenta de que eran unos ladrones, los niños corrieron a esconderse detrás un mueble, con su perrito y el gato en brazos, Sebastián se asomaba con la idea de escapar, pero le daba miedo, a pesar del miedo, Yasmina recordó que sus tres pequeñas ardillas estaban en la jaula, corrió a liberarlas para esconderlas y que no se las robaran.
En ese instante las ardillas salieron de la jaula y se pusieron a correr por toda la casa, esto asusto a los ladrones que pensaron que habían muchas personas en la casa por el ruido que se producía, salieron huyendo y las ardillas que por primera vez eran libres, los seguían. Desde ese momento las ardillas de Yasmina recuperaron su libertad y los niños están seguros de que los ladrones no regresaran jamás.
El Sol Que No Tenía Memoria.
Hace muchos, muchos años, había un árbol y un pájaro que eran amigos y vivían juntos.
Una vez, el sol se olvidó de pasar por aquel lugar durante muchos días. Y al árbol le entró mucho frío porque no estaba cubierto de plumas como su amigo.
Entonces el árbol pidió al pájaro:
-Pájaro amigo, ve a buscar al sol que no tengo abrigo.
Pero el pájaro le contestó:
-No lo puedo alcanzar, vuela muy alto y no sabré regresar.
El pájaro se lo pidió a una nube que pasaba por allí:
-Nube ligera, ve a buscar al sol que yo no puedo.
Pero la nube no se animaba a ir sola y le contestó:
-Iré con el viento que conoce el camino y lo hará contento.
Cuando el viento comenzó a soplar, la nube le dijo:
-Viento, vientecito, vamos a buscar al sol que tienen frío.
Y entre los dos trajeron a aquel sol despistado.
Y con el sol volvieron las hojas, las flores, las mariposas, y aquel lugar recuperó la sonrisa.
Una vez, el sol se olvidó de pasar por aquel lugar durante muchos días. Y al árbol le entró mucho frío porque no estaba cubierto de plumas como su amigo.
Entonces el árbol pidió al pájaro:
-Pájaro amigo, ve a buscar al sol que no tengo abrigo.
Pero el pájaro le contestó:
-No lo puedo alcanzar, vuela muy alto y no sabré regresar.
El pájaro se lo pidió a una nube que pasaba por allí:
-Nube ligera, ve a buscar al sol que yo no puedo.
Pero la nube no se animaba a ir sola y le contestó:
-Iré con el viento que conoce el camino y lo hará contento.
Cuando el viento comenzó a soplar, la nube le dijo:
-Viento, vientecito, vamos a buscar al sol que tienen frío.
Y entre los dos trajeron a aquel sol despistado.
Y con el sol volvieron las hojas, las flores, las mariposas, y aquel lugar recuperó la sonrisa.
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